sábado, 18 de enero de 2020

BATALLA DE LOS ARAPILES 1812



 
BATALLA DE LOS ARAPILES. Es uno de los enfrentamientos más importantes de la Guerra de la Independencia española. Se libró en los alrededores de las colinas del Arapil Chico y el Arapil Grande, en el municipio de Arapiles, al sur de la ciudad de Salamanca, el 22 de julio de 1812. Tuvo como resultado una gran victoria del ejército anglo-hispano-portugués al mando del general Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, sobre las tropas francesas al mando del mariscal Auguste Marmont. Los aliados sufrieron 5.220 bajas entre muertos, heridos y desaparecidos, de los cuales 3.176 fueron británicos, 2.038 portugueses y 6 españoles, mientras que el ejército francés perdió unos 12.500 hombres, incluyendo los prisioneros. 


EL ERROR DE NAPOLEÓN. Documental Historia




viernes, 17 de enero de 2020

BATALLA DE BAILÉN 1808


BATALLA DE BAILÉN se libró durante la Guerra de la Independencia española y supuso la primera derrota en batalla campal de la historia del ejército napoleónico. Tuvo lugar el 19 de julio de 1808 junto a la ciudad jienense de Bailén. Enfrentó a un ejército francés de unos 21.000 soldados al mando del general Dupont con otro español más numeroso (unos 27.000) a las órdenes del general Castaños.

jueves, 16 de enero de 2020

BATALLA DE TRAFALGAR 1805


BATALLA DE TRAFALGAR. Fue una batalla naval que tuvo lugar el 21 de octubre de 1805, frente a las costas del Cabo de Trafalgar (Cádiz). En ella se enfrentaron Francia y España (al mando del vicealmirante francés Pierre Villeneuve, bajo cuyo mando estaba por parte española el teniente general del mar Federico Gravina) contra la armada británica al mando del vicealmirante Horatio Nelson, quien obtuvo la victoria.  La flota franco-española se vio bloqueada en Cádiz por Nelson,  y a mediados de octubre, conociendo las intenciones de Napoleón de sustituirle, se adelantó a la llegada de su reemplazo y partió de Cádiz con la flota combinada el 18 de octubre. El total de 34 buques se encontró entonces con la flota de Nelson cerca del cabo de Trafalgar, y el 21 de octubre tuvo lugar el mayor combate naval del siglo XIX. La flota franco-española fue definitiva y abrumadoramente derrotada por la superioridad técnica y táctica de la Armada Real Inglesa.




viernes, 10 de enero de 2020

EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA


Los motivos animaron los deseos de independencia fueron el trato discriminatorio dado a los criollos en los cargos coloniales. Los fuertes impuestos y el control que España ejercía sobre la economía, y esencialmente el comercio. El ejemplo de la independencia de los Estados Unidos (1776) fue crucial para mostrar que era posible enfrentarse a la metrópoli y conseguir la victoria. Gran Bretaña, deseosa de controlar el comercio americano, se encargó de respaldar a los movimientos independentistas, convencida de que, una vez independientes, podría dominar fácilmente el mercado de las nuevas naciones.




A partir de 1808, en plena Guerra de la Independencia, los criollos optaron por no aceptar la autoridad de José Bonaparte. Se crearon Juntas, a imitación de las españolas, asumiendo el poder en sus territorios. Se mantuvieron fieles a Fernando VII, aunque no reconocieron la autoridad de la Junta Suprema Central, pero desde 1810 muchas de ellas se declararon autónomas respecto a la metrópoli.



Los focos más secesionistas fueron el virreinato de Río de la Plata, donde José de San Martín proclamó en 1810, la independencia de la República Argentina en la ciudad de Buenos Aires; El virreinato de Nueva Granada, en Venezuela, a cuyo frente se situó el gran líder de la independencia americana, Simón Bolivar; y el virreinato de Nueva España, en México cuyo levantamiento dirigieron Miguel Hidalgo y José María Morelos.



En 1814, finalizada la guerra en la península, el gobierno de Fernando VII en vez de buscar el acuerdo con los americanos, respondió con el envío de un ejército de 10.000 hombres que pacificó Nueva Granada y México. Aunque se mostró impotente en el virreinato del Río de la Plata: Paraguay (1811) y Argentina (1816) se consolidaron como naciones independientes.

En los años siguientes, la total intransigencia de la monarquía respecto a la autonomía de las colonias, a pesar de carecer de dinero y de tropas para imponer su autoridad, estimuló el crecimiento del movimiento libertador.



 
San Martín  atravesó los Andes, derrotando a los españoles en Chacabuco (1817) y propició la independencia de Chile (1818). Bolivar desde el norte, derrotó al ejército español en Boyacá (1819) y Carabobo (1821), poniendo las bases de la formación de la Gran Colombia, que dio origen a las repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá. En México, el movimiento independentista liderado por Agustín Iturbide logró atraerse a la Iglesia y a las clases poderosas y en 1821 se independizó de la metrópoli. Tras la victoria de Ayacucho (1824) se produjeron las independencias de Perú y Bolivia (en honor de Bolívar) acabando con la presencia continental española en América. Sólo las Antillas (Cuba y Puerto Rico) y las Filipinas permanecieron como posesiones españolas.