El Reino Visigodo fue
un estado germánico que se estableció en la península ibérica y el sur de
la Galia tras la caída del Imperio Romano, con su capital en Toledo entre los siglos
V al VIII. Fue fundado por el pueblo visigodo, que originalmente se
aliaron con los romanos, pero se convirtieron en el poder dominante tras las
invasiones de otros pueblos germánicos como suevos, vándalos y
alanos. Este reino unificó gran parte de la península y adoptó la religión
católica en el III Concilio de Toledo bajo el reinado de Recaredo, dejando un
legado en el derecho y la cultura peninsular.
LAS INVASIONES GERMÁNICAS Y LAS CARACTERÍSTICAS DE LA MONARQUÍA VISIGODA
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