miércoles, 20 de septiembre de 2017

PALEOLÍTICO.

EL PALEOLÍTICO  en la península ibérica se caracteriza por un modo de vida depredador. Los seres humanos no producían alimentos y su supervivencia se basaba en la caza, la pesca y la recolección de frutos. Practicaban el nomadismo y se desplazaban siguiendo los rebaños de animales o cuando las condiciones climáticas les resultaban desfavorables. Presentaban una organización social colectiva y vivían en pequeños grupos o bandas sin una clara división del trabajo o jerarquización social. Distinguimos tres etapas, en función de los utensilios hallados y del tipo de homínido que vivía:

PALEOLÍTICO INFERIOR (800.000-90.000 a. C): Utensilios: Cantos golpeados para obtener un filo y bifaces. Yacimientos: Torraba y Ambrona (Soria), con abundantes restos de elefantes, rinocerontes, caballos, ciervos y bueyes; Bolomor (Valencia)


PALEOLÍTICO MEDIO (90.000-35.000 a. C.): Utensilios: raederas, puntas, denticulados, cuchillos. Habitado por el “Homo nearderthalensis”. Conocía el fuego y vivía en cuevas. La práctica de rituales funerarios está documentada en diversos yacimientos como el de La Cueva de Morin (Cantabria). Yacimientos en zonas montañosas de la Península: El Castillo (Cantabria); Lezetxiki (Guipúzcoa); Peña Miel (La Rioja) y L’Arbreda (Girona).


PALEOLÍTICO SUPERIOR (35.000-10.000 a. C.): Utensilios: Gran perfeccionamiento y especialización de las industrias líticas, con el uso de nuevos materiales como el hueso. Aparición del arte rupestre y mobiliar. Habitado por el “Homo Sapiens”, muy parecido a la especia actual. Yacimientos: Las Caldas y Tito Bustillo (Asturias); Parpalló (Valencia); Santimamiñe (Vizcaya) y Urtiaga (Guipúzcoa)


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