Al instalarse los Borbones en el trono español, se impuso el modelo de absolutismo de la Francia de Luis XIV. Esta fórmula política implicaba que el monarca absoluto constituía la encarnación misma del Estado; a él pertenecía el territorio y de él emanaban las instituciones; y su poder era prácticamente ilimitado pues era fuente de ley, autoridad máxima del gobierno y cabeza de la justicia.
Los primeros borbones españoles, Felipe V (1700-1746) y Fernando VII (1746-1759), asumieron la tarea de unificar y reorganizar los diferentes reinos peninsulares. Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta en los reinos de la Corona de Aragón: Valencia (1707); Aragón (1707-1711); Mallorca (1715) y Cataluña (1716)
Los contenidos principales de los Decretos de Nueva Planta son la imposición del modelo político-administrativo de Castilla a los territorios de la Corona de Aragón. Éstos perdieron su soberanía y se integraron en un modelo uniformador y centralista. Los territorios de Castilla y Aragón constituyeron una única estructura de carácter uniforme, con la excepción Navarra y el País Vasco.
Se abolieron las Cortes de los diferentes reinos, integrándolas en las de Castilla, que se convirtieron en las Cortes de España, que sólo se reunían a petición del rey y para jurar al heredero. Se suprimió el Consejo de Aragón y el Consejo de Castilla asumió sus funciones, que fueron: Legalmente conservaba sus tareas legislativas y judiciales; y ejercía como Tribunal Supremo de Justicia.
El poder absoluto recaía en el monarca, que intervenía y decidía en todos los asuntos del Estado. Las SECRETARIAS, parecidas a los actuales ministerios, ayudaban en esta labor a los monarcas. A su frente estaban los Secretarios de Despacho. En 1714 se crearon las de Estado, Asuntos Extranjeros, Justicia, Guerra y Marina. En 1754, se creó la de Hacienda. Tenían las siguientes características: los secretarios eran nombrados y destituidos por el rey; sólo rendían cuentas ante él; para realizar sus tareas eran auxiliados por funcionarios, encargados de ejecutar las órdenes del rey y de controlar la administración.
Los Borbones también reorganizaron el territorio, eliminando los antiguos virreinatos (menos los americanos); crearon demarcaciones provinciales, gobernadas por Capitanes Generales, con atribuciones militares, administrativas y judiciales, ya que presidían las Reales Audiencias, que se implantaron en todos los territorios; y se generalizó la institución de los corregidores castellanos para el gobierno de las principales ciudades.
El nuevo modelo administrativo introdujo el cargo de INTENDENTE, de inspiración francesa. Eran funcionarios que dependían directamente del rey; gozaban de amplios poderes; su misión era recaudar impuestos y dinamizar la economía del país; controlaban a las autoridades locales; impulsaban el desarrollo de la agricultura, ganadería y la industria; levantaban mapas y realizaban censos.
Por último se reorganizó la HACIENDA. La nueva administración comprendía que para el saneamiento de la economía era imprescindible que todos los habitantes pagasen en relación su la riqueza, incluyendo los privilegiados. Aprovechando el derecho de conquista, aplicaron esa experiencia en los territorios de la Corona de Aragón, donde implantaron: el equivalente en Valencia; la única contribución en Aragón; el catastro en Cataluña; y la talla en Mallorca.
Se trababa del establecimiento de una cuota fija por parte de la administración, a repartir proporcionalmente entre sus habitantes. Su éxito se evidenció en poco tiempo, sobre todo en el catastro de Cataluña. Se recaudaba más; el sistema era más ágil y menos gravoso para el conjunto de la población. En los años siguientes se intentó extender a toda España, CATASTRO DE ENSENADA, pero las fuertes resistencias de los privilegiados impidieron su aplicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario