1. Unión dinástica: la integración de las Coronas de
Castilla y Aragón.
Reyes Católicos. Isabel y Fernando recibieron este título gracias
a un privilegio concedido por el papa Alejandro VI en 1492. El reconocimiento
se produjo para compensar la ayuda dada los Estados Pontificios ante el acoso francés,
elogiar su cruzada contra el Islam en la Guerra de Granada, su política
religiosa y por la evangelización de América.
ISABEL I la Católica (Madrigal de las Altas Torres, Ávila 1451 –
Medina del Campo, Valladolid 1504). Reina de Castilla y León (1474-1504) y
reina consorte de Aragón por su matrimonio con Fernando II. Durante el reinado
de su hermanastro Enrique IV fue la candidata al trono con el apoyo de una
parte de la alta nobleza castellana, que obligó al monarca a reconocerla
sucesora en el pacto de Toros de Guisando en 1468. Sus partidarios, de acuerdo
con el rey Juan II de Aragón, concertaron su matrimonio con el príncipe
aragonés Fernando en 1469. A la muerte de Enrique IV en 1474, estalló la guerra
de sucesión entre sus partidarios y los nobles que defendían a la heredera
legítima Juana la Beltraneja. La guerra concluyó con el triunfo de Isabel en la
batalla de Toro en 1476. El reinado de Isabel y Fernando, conocidos como los
Reyes Católicos, se caracterizó por el reforzamiento del poder real frente a la
nobleza, la organización de la Santa Hermandad, el control de las Órdenes
Militares y el establecimiento de la Inquisición. En 1492 fueron expulsados los
judíos, se dio fin a la reconquista con la ocupación de Granada y se financió
el viaje que permitió a Cristóbal Colón descubrir América. A su muerte quedaron
sentadas las bases de la unidad política española.
FERNANDO II el Católico (Sos, Zaragoza 1452 – Madrigalejo,
Cáceres 1516). Rey de Sicilia desde 1468, de Castilla desde 1474 hasta 1504, de
Aragón desde 1479 y de Nápoles desde 1504. Contrajo matrimonio con Isabel la
Católica en 1469, hermana del rey Enrique IV de Castilla. En 1474 murió el rey
castellano y en la guerra civil que siguió, Isabel consiguió el trono. En 1479,
Fernando sucedió a su padre Juan II en Aragón y alcanzó un principio de unidad
entre ambas monarquías. Con la conquista de Granada en 1492 se puso fin a la
ocupación musulmana. Colaboró con Isabel en la reorganización administrativa de
los reinos, la creación de la Santa Hermandad y la expedición de Cristóbal
Colón. Protegió a la Inquisición, y con Isabel, decretó la expulsión de los
judíos. Intervino en Italia, donde Gonzalo Fernández de Córdoba conquistó
Nápoles en 1504. En este mismo año murió Isabel la Católica y el trono de
Castilla fuer heredado por Felipe el Hermoso, casado con Juana La Loca, hija de
Isabel, pero, a la muerte de este, Fernando gobernó de nuevo Castilla. Fue un
hombre dotado de espíritu renacentista, que llevó a cabo una fructífera
política exterior.
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