viernes, 22 de septiembre de 2017

ARTE RUPESTRE. ALTAMIRA



La Península Ibérica posee gran número de cuevas o abrigos naturales que conservan pinturas y grabados paleolíticos. Distinguimos dos zonas diferenciadas geográfica y estilísticamente.
La zona cantábrica. Destacan las cuevas de El Castillo, El Pindal, Tito Bustillo y sobre todo Altamira, una de las mejores del mundo. Características: Es una arte figurativo en el que destacan los animales (bisontes, ciervos, caballos y jabalíes) pintados con técnica naturalista. Las figuras se hallan superpuestas, sin formar escenas, aunque presentan  efectos de volumen y movimiento que derivan del uso del color y de los alientes de las rocas. Los colores predominantes son el negro (contornos) y toda una gama de ocres. 
La zona levantina. Sobresalen las pinturas en los abrigos al aire libre, como los de Cogul (Lleida), Albarracín (Teruel) y La Valltorta (Castellón). Características: Se representan escenas de carácter narrativo (cacerías, danzas rituales...) con proliferación de figuras humanas estilizadas y esquemáticas. Utilizan colores planos: rojo y negro.

Significado. Han sido relacionadas con prácticas y creencias religiosas, para facilitar la caza (se pinta al animal que se quiere cazar). También se han interpretado las cuevas como santuarios en las que las pinturas se distribuyen según un orden que se relaciona con prácticas rituales o existencias de mitos.


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