sábado, 30 de septiembre de 2017

ROMANIZACIÓN DE HISPANIA


La Romanización es el proceso de aculturación de las zonas conquistadas por Roma durante la República Romana o durante el Imperio. Mediante este proceso los pueblos autóctonos conquistados empezaron a usar tecnologías, instituciones políticas y religiosas, formas organizativas o principios de derecho de tipo romano, y en muchos casos también pasaron por un proceso de sustitución lingüística por el cual pasaron poco a poco a usar latín.


La lengua latina se difundió por todo el Imperio, tanto como lengua de cultura como lengua hablada, y se impuso a la mayoría  de las lenguas autóctonas. El latín pervivió  tras la caída del Imperio  y fue la base  sobre la que se formaron  las posteriores lenguas romances peninsulares (castellano, gallego, catalán, portugués).
Se extendió el uso del Derecho romano, que regula las relaciones privadas como las instituciones políticas y su funcionamiento. Hoy en parte se mantiene vigente y constituye el núcleo fundamental de todo el Derecho de Occidente.
La difusión de las religiones existentes en Roma, desde los dioses propios del culto romano, basado en la triada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva) practicado en todo el Imperio, así como el culto imperial (elemento de cohesión de las diversas provincias romanas). A partir del siglo III, el cristianismo se difundió por Hispania y sus seguidores fueron perseguidos hasta la proclamación del edicto de Milán (313 d. C.) que declaró la libertad religiosa. Con la conversión del cristianismo en la religión oficial del Imperio, surgieron diversos movimientos heréticos, como el priscilianismo, que arraigó en Hispania en el siglo IV.
Por último el patrimonio artístico es otro de los grandes legados de Roma. Deja constancia del urbanismo que aplicaron en sus ciudades, edificios y obras de ingeniería (foros, acueductos, templos, circos, anfiteatros) con gran sentido práctico y funcional. Las villas agrícolas muestran una compleja arquitectura, decorada con mosaicos y esculturas al gusto romano.

La integración de Hispania en la cultura romana se muestra en el hecho de que nuestro territorio fue cuna de intelectuales como Séneca, Quintiliano y Marcial, y de emperadores como  Trajano, Adriano y Teodosio.[
Las fases serían adopción del latín, primero de forma oficial e inicialmente por parte de las élites; penetración de las costumbres: ropas, arquitectura, y de las religiones existentes en Roma, tanto la propia como las orientales: cultos a Cibeles, Mitra y cristianismo; adopción de bienes materiales romanos y progresiva introducción de las materias primas y tecnologías necesarias para producirlos. Eso comporta además la adopción de la moneda y el sistema de unidades de medida romano, etc; adopción progresiva del latín por parte de los estratos populares y aceptación generalizada del derecho romano. Abandono definitivo de ciertos elementos autóctonos y homogeneización de la cultura material con la metrópoli romana. El culmen de la romanización llegó en algunos lugares con la concesión de la ciudadanía romana a los habitantes del lugar, que fue general en el año 212.
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