viernes, 29 de diciembre de 2017

EL MODELO POLÍTICO DE LOS AUSTRIAS, "SISTEMA POLISIONDIAL"



La monarquía de los Austrias, heredera de los Reyes Católicos, nunca fue un Estado unitario. La Corona era el punto de unión de los diversos reinos, que conservaban sus leyes, instituciones, usos y costumbres civiles. La preeminencia la tuvo Castilla, a la que se incorporaron Navarra y los dominios de América.


Su modelo de sistema político era la monarquía autoritaria (el rey sometió a la nobleza y se situó a la cabeza de las diferentes instituciones y de las Cortes, pero compartía su poder con ellas). Se originó con los Reyes Católicos y durante el siglo XVI y XVII evolucionó hacia formas más absolutistas. Hubo grandes diferencias entre la Corona de Castilla y Aragón. En Castilla el poder y el peso del monarca era mucho mayor y en Aragón hubo más resistencia para mantener sus fueros, privilegios y exenciones. La razón fue que  partir de Carlos I los monarcas residieron siempre en Castilla.



El aparato de gobierno del Imperio era muy complejo. El rey era la cabeza del gobierno y de la administración, asesorada por los Secretarios, que dependían directamente del rey y eran los que tomaban las decisiones.



Los Consejos, especializados en asuntos concretos, se reforzaron para auxiliar al monarca en su tarea de gobierno. Su número era variable. Unos se encargaban de asuntos relacionados con un territorio concreto (Aragón, Italia, Flandes); el Consejo Real de Castilla tuvo un papel eminente y acabó siendo la base del Estado; el Consejo de Indias (1524) se creó para  los asuntos de los territorios de América; otros especializados en asuntos propios de la administración (Hacienda, Órdenes Militares y Guerra). Se creó también el Consejo de Estado, que se ocupaba de la política exterior; y como tribunal supremo de justicia funcionaba el Consejo de la Cámara de Castilla (nacido del Consejo de Castilla).
 

Las Cortes continuaron organizándose por reinos (Castilla, Aragón, Cataluña y Valencia). Conservaron su carácter estamental (nobleza, clero y estado llano) y su papel se redujo a la aprobación de impuestos (nobleza y clero dejaron de asistir). Se quedaron reducidas a los representantes de las ciudades.



Otras instituciones que continuaron funcionando fuera de Castilla fueron el Consejo de Ciento en Barcelona y Valencia; la Generalitat (representación de las Cortes catalanas); y la Cámara de Contos en Navarra. Todas ellas conservaron sus fueros los reinos de la Corona de Aragón, Navarra, las provincias de Álava y Guipúzcoa y el señorío de Vizcaya (legislaciones particulares que limitaban el poder real).

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